Aburrit
2004-07-12 13:57:55 UTC
Publicado hoy en www.levante-emv.es y en su edicion de papel.
Hubo una epoca donde las cosas en el valencia se hacian bien.....
(Tocho importante)
1952: El frustrado ascenso del Mestalla a primera división
JAIME HERNÁNDEZ PERPIÑÁ
En todos los días de nuestra vida no vimos nada igual. Sucedió
el 30 de junio de 1952. El día anterior, domingo 29, el CD Mestalla (hoy,
lamentablemente, Valencia B) se proclamó campeón de la liguilla de ascenso a
primera división y obtuvo el derecho a jugar en la División de Oro de
nuestro fútbol tras vencer en Mestalla 5-1 al Logroñés.
Pero pocas horas después, ya en el citado día 30 de junio, el
VCF tomaba la drástica decisión de hacer renunciar a su filial a jugar en
dicha categoría, «por entender que un mismo club no podía tener dos equipos
en la misma división, porque ello era tanto como comenzar la liga con cuatro
puntos de ventaja sobre los demás adversarios».
La decisión la hizo pública el presidente valencianista, Luis
Casanova, quien se manifestó así: «El CD Mestalla ha cumplido con su
obligación de jugar y ascender, pero el VCF cumple con la suya de impedir el
ascenso, porque eso hubiera sido jugar sucio y la honorabilidad del VCF no
puede permitirlo. Y que conste que lo siento muchísimo por el extraordinario
esfuerzo que han hecho los jugadores mestallistas, los socios y la afición,
que se han volcado en el cumplimiento de su deber y han dado tardes
verdaderamente brillantes de fútbol».
La noticia corrió como reguero de pólvora y una inmensa mayoría
no quería darle crédito. Pero era rigurosamente cierta. Tan impopular
decisión dividió a la afición valencianista, originando acaloradísimas
discusiones e incluso la dimisión de Gonzalo Medina, socio y jugador
fundacional del club y en aquel entonces presidente de la Peña Deportiva
Valencianista, importantísimo ente social que aglutinaba un enorme número de
socios del club.
Los jugadores estaban desolados; Vicente Peris, secretario
general y alma del equipo, acataba ¡qué remedio! la decisión de sus
superiores, pero en el fondo en absoluto la compartía. Y el presidente,
Federico Blasco Marzo, socio número uno del VCF, nos decía, tiempo después,
cuando las aguas volvieron a su cauce: «Respeté la decisión del VCF, pero en
absoluto la compartí. Y cada vez que me acuerdo de aquello, me pongo malo.
Pero claro, si uno, en plena euforia, pregunta a un señor muy importante del
club nada más terminar el partido contra el Logroñés, qué va a pasar ahora,
y le contestan: «pues que jugaremos en primera, aunque sea en el cauce del
río» ¿cómo quiere que se me ponga el cuerpo?».
La renuncia sobrepasó los límites sociales valencianistas. Hubo
quien pensó en una escisión, buscando y rebuscando entre el reglamento del
club, incluso en la legislación vigente la posibilidad de que el CDM jugara
en primera división, para lo cual era necesaria dicha escisión. y sobre
todo, tener campo propio...
Federico Blasco estimó: «Hubo un señor que me propuso construir
un campo exclusivamente para el CDM, a lo que yo contesté que no, que eso no
lo haría yo nunca porque era tanto como ir contra el VCF y yo contra el VCF
no iré jamás. Ese día 29 de junio fue el día más feliz de mi vida como
presidente del CDM, pero el día siguiente fue el peor. Y así terminó mi
etapa presidencial...».
En definitiva, el CDM renunció al ascenso y siguió en segunda
división. Pero, se preguntarán, ¿tan gran equipo tenía aquel filial llamado
CDM?. Pues sí, tenía un magnífico equipo, formado por chavales de
extraordinaria clase, muchos de los cuáles no llegaban a los veinte años. Y
con ellos, el gran capitán valencianista Juan Ramón, que quiso seguir
jugando, incluso con 40 años cumplidos, puesto que en el primer equipo
decían que no tenía sitio... Y tras el último partido, se retiró
definitivamente... por decisión familiar. Un equipo que era una maravilla
verle jugar bajo la dirección del incomparable «míster» Carlos Iturraspe,
uno de los mejores técnicos que uno ha visto en su vida. Iturraspe reunió un
plantel tan extraordinariamente completo, que nueve de los once jugadores
que disputaron la jornada final de la temporada ÑTimor, Ibáñez, Dominguez,
Sendra, Mangriñán, Mañó, Fuertes, Sócrates y PlaÑ jugaron y triunfaron
tiempo después en el primer equipo del VCF. El jugador diez, Juan Ramón,
había capitaneado al VCF durante quince temporadas, y el once, Valderas,
triunfó después en otros equipos...
Se clasificó en segundo lugar del grupo segundo de segunda
división, con 40 puntos, a dos del Málaga que fue el primero; y en la
correspondiente liguilla de ascenso a primera división, se proclamó campeón
en pugna con Sporting de Gijón y Rácing de Santander que promocionaban de
primera a segunda; Logroñés y Ferrol, segundo y tercero del grupo primero;
mas Mestalla y Alcoyano, segundo y tercero del grupo segundo.
Aquel CD Mestalla era prácticamente invencible, iba embalado
hacia la primera división, era la revelación de la temporada con un grupo de
chiquillos... La ilusión de un posible ascenso ponía alas en los pies a los
jugadores y el entusiasmo de los incondicionales se convertía en locura,
llenando todos los domingos, sobretodo los de la liguilla, el campo de
Mestalla.
El penúltimo partido, en Gijón, fue épico. En un periódico
local, se publicó: «El Mestalla renuncia al ascenso». «¿Es eso cierto?»,
preguntaron «alarmados» los jugadores al delegado del equipo, Joaquín Aracil
(padre del ex secretario general valencianista del mismo nombre). A Aracil
le faltó tiempo para trasladar la pregunta al club, y a continuación dijo:
«xiquets, ¡a primera divisió!; tot es un bulo». El equipo jugó a lo campeón.
Pla marcó el 0-1 pero el árbitro no pitó el final hasta que los asturianos
lograron el empate.
Y en el último partido, en Mestalla, el filial tenía el ascenso
conseguido, pero jugó con el acelerador a tope en medio del entusiasmo
general. Fueron cayendo los goles de Mañó, Pla, Sócrates, otra vez Sócrates,
(de nuevo Pla...5-1. Increíble ambiente, tracas, carcasas, petardos, locura
colectiva de una afición volcada hacia aquellos chiquillos que bordaban el
fútbol, que maravillaban a los más exigentes... Cohetes, festival de juegos,
goles y pólvora. Un partido histórico, apoteósico, vuelta de honor,
admiración de propios y envidia de extraños... Pero al día siguiente,
¡decepción! En todos los días de nuestra vida no vimos nada igual...
--
---------------------------------------
"Siempre que me siento pesimista por como esta el mundo, pienso en la puerta
de llegadas del aeropuerto de Heathrow. La opinion general da a entender que
vivimos en un mundo de odio y egoismo. Pero yo no lo entiendo así, a mi me
parece que el amor esta en todas partes. A menudo no es especialmente
decoroso ni tiene interes periodistico, pero siempre esta ahí. Padres e
hijos, madres e hijas, novios, novias,.... viejos amigos. Cuando los aviones
se estrellaron contra las Torres Gemelas, que yo sepa, ninguna de las
llamadas telefónicas de los que estaban a bordo fue de odio y venganza,
todas fueron mensajes de amor. Si lo buscais, tengo la extraña sensacion de
que descubrireis que el amor, en realidad, esta en todas partes."
Hubo una epoca donde las cosas en el valencia se hacian bien.....
(Tocho importante)
1952: El frustrado ascenso del Mestalla a primera división
JAIME HERNÁNDEZ PERPIÑÁ
En todos los días de nuestra vida no vimos nada igual. Sucedió
el 30 de junio de 1952. El día anterior, domingo 29, el CD Mestalla (hoy,
lamentablemente, Valencia B) se proclamó campeón de la liguilla de ascenso a
primera división y obtuvo el derecho a jugar en la División de Oro de
nuestro fútbol tras vencer en Mestalla 5-1 al Logroñés.
Pero pocas horas después, ya en el citado día 30 de junio, el
VCF tomaba la drástica decisión de hacer renunciar a su filial a jugar en
dicha categoría, «por entender que un mismo club no podía tener dos equipos
en la misma división, porque ello era tanto como comenzar la liga con cuatro
puntos de ventaja sobre los demás adversarios».
La decisión la hizo pública el presidente valencianista, Luis
Casanova, quien se manifestó así: «El CD Mestalla ha cumplido con su
obligación de jugar y ascender, pero el VCF cumple con la suya de impedir el
ascenso, porque eso hubiera sido jugar sucio y la honorabilidad del VCF no
puede permitirlo. Y que conste que lo siento muchísimo por el extraordinario
esfuerzo que han hecho los jugadores mestallistas, los socios y la afición,
que se han volcado en el cumplimiento de su deber y han dado tardes
verdaderamente brillantes de fútbol».
La noticia corrió como reguero de pólvora y una inmensa mayoría
no quería darle crédito. Pero era rigurosamente cierta. Tan impopular
decisión dividió a la afición valencianista, originando acaloradísimas
discusiones e incluso la dimisión de Gonzalo Medina, socio y jugador
fundacional del club y en aquel entonces presidente de la Peña Deportiva
Valencianista, importantísimo ente social que aglutinaba un enorme número de
socios del club.
Los jugadores estaban desolados; Vicente Peris, secretario
general y alma del equipo, acataba ¡qué remedio! la decisión de sus
superiores, pero en el fondo en absoluto la compartía. Y el presidente,
Federico Blasco Marzo, socio número uno del VCF, nos decía, tiempo después,
cuando las aguas volvieron a su cauce: «Respeté la decisión del VCF, pero en
absoluto la compartí. Y cada vez que me acuerdo de aquello, me pongo malo.
Pero claro, si uno, en plena euforia, pregunta a un señor muy importante del
club nada más terminar el partido contra el Logroñés, qué va a pasar ahora,
y le contestan: «pues que jugaremos en primera, aunque sea en el cauce del
río» ¿cómo quiere que se me ponga el cuerpo?».
La renuncia sobrepasó los límites sociales valencianistas. Hubo
quien pensó en una escisión, buscando y rebuscando entre el reglamento del
club, incluso en la legislación vigente la posibilidad de que el CDM jugara
en primera división, para lo cual era necesaria dicha escisión. y sobre
todo, tener campo propio...
Federico Blasco estimó: «Hubo un señor que me propuso construir
un campo exclusivamente para el CDM, a lo que yo contesté que no, que eso no
lo haría yo nunca porque era tanto como ir contra el VCF y yo contra el VCF
no iré jamás. Ese día 29 de junio fue el día más feliz de mi vida como
presidente del CDM, pero el día siguiente fue el peor. Y así terminó mi
etapa presidencial...».
En definitiva, el CDM renunció al ascenso y siguió en segunda
división. Pero, se preguntarán, ¿tan gran equipo tenía aquel filial llamado
CDM?. Pues sí, tenía un magnífico equipo, formado por chavales de
extraordinaria clase, muchos de los cuáles no llegaban a los veinte años. Y
con ellos, el gran capitán valencianista Juan Ramón, que quiso seguir
jugando, incluso con 40 años cumplidos, puesto que en el primer equipo
decían que no tenía sitio... Y tras el último partido, se retiró
definitivamente... por decisión familiar. Un equipo que era una maravilla
verle jugar bajo la dirección del incomparable «míster» Carlos Iturraspe,
uno de los mejores técnicos que uno ha visto en su vida. Iturraspe reunió un
plantel tan extraordinariamente completo, que nueve de los once jugadores
que disputaron la jornada final de la temporada ÑTimor, Ibáñez, Dominguez,
Sendra, Mangriñán, Mañó, Fuertes, Sócrates y PlaÑ jugaron y triunfaron
tiempo después en el primer equipo del VCF. El jugador diez, Juan Ramón,
había capitaneado al VCF durante quince temporadas, y el once, Valderas,
triunfó después en otros equipos...
Se clasificó en segundo lugar del grupo segundo de segunda
división, con 40 puntos, a dos del Málaga que fue el primero; y en la
correspondiente liguilla de ascenso a primera división, se proclamó campeón
en pugna con Sporting de Gijón y Rácing de Santander que promocionaban de
primera a segunda; Logroñés y Ferrol, segundo y tercero del grupo primero;
mas Mestalla y Alcoyano, segundo y tercero del grupo segundo.
Aquel CD Mestalla era prácticamente invencible, iba embalado
hacia la primera división, era la revelación de la temporada con un grupo de
chiquillos... La ilusión de un posible ascenso ponía alas en los pies a los
jugadores y el entusiasmo de los incondicionales se convertía en locura,
llenando todos los domingos, sobretodo los de la liguilla, el campo de
Mestalla.
El penúltimo partido, en Gijón, fue épico. En un periódico
local, se publicó: «El Mestalla renuncia al ascenso». «¿Es eso cierto?»,
preguntaron «alarmados» los jugadores al delegado del equipo, Joaquín Aracil
(padre del ex secretario general valencianista del mismo nombre). A Aracil
le faltó tiempo para trasladar la pregunta al club, y a continuación dijo:
«xiquets, ¡a primera divisió!; tot es un bulo». El equipo jugó a lo campeón.
Pla marcó el 0-1 pero el árbitro no pitó el final hasta que los asturianos
lograron el empate.
Y en el último partido, en Mestalla, el filial tenía el ascenso
conseguido, pero jugó con el acelerador a tope en medio del entusiasmo
general. Fueron cayendo los goles de Mañó, Pla, Sócrates, otra vez Sócrates,
(de nuevo Pla...5-1. Increíble ambiente, tracas, carcasas, petardos, locura
colectiva de una afición volcada hacia aquellos chiquillos que bordaban el
fútbol, que maravillaban a los más exigentes... Cohetes, festival de juegos,
goles y pólvora. Un partido histórico, apoteósico, vuelta de honor,
admiración de propios y envidia de extraños... Pero al día siguiente,
¡decepción! En todos los días de nuestra vida no vimos nada igual...
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"Siempre que me siento pesimista por como esta el mundo, pienso en la puerta
de llegadas del aeropuerto de Heathrow. La opinion general da a entender que
vivimos en un mundo de odio y egoismo. Pero yo no lo entiendo así, a mi me
parece que el amor esta en todas partes. A menudo no es especialmente
decoroso ni tiene interes periodistico, pero siempre esta ahí. Padres e
hijos, madres e hijas, novios, novias,.... viejos amigos. Cuando los aviones
se estrellaron contra las Torres Gemelas, que yo sepa, ninguna de las
llamadas telefónicas de los que estaban a bordo fue de odio y venganza,
todas fueron mensajes de amor. Si lo buscais, tengo la extraña sensacion de
que descubrireis que el amor, en realidad, esta en todas partes."